sábado, 21 de septiembre de 2013

LA EDUCACIÓN EN EL PERÚ DE CARA AL 2015: ¿LLEGANDO A LA META?
La UNESCO dio a conocer su último informe sobre el estado actual de la educación en América Latina (“Educación para Todos”)[1]. Este informe, que busca monitorear los últimos avances en Educación de cara al 2015, señala que nuestro país estaría ocupando el octavo lugar (de un total de 19 países latinoamericanos), en el ranking de países con mayores posibilidades de cumplir, antes del 2015, la meta de acceso total a la educación, alfabetización, igualdad de género y tasa de supervivencia escolar (entendida esta última como la “no deserción o abandono escolar”).

Estos resultados, que colocan al Perú en una posición optimista dentro de la región, deben servir para reflexionar sobre algunos datos arrojados por este informe; por ejemplo, el hecho de que en nuestro país la inversión anual por alumno sea de tan solo US$ 350, cuando hay países como Brasil, México, y Uruguay que invierten US$ 600, US$ 900, y hasta US$ 1000 por alumno respectivamente. Este, es un claro indicador de que la educación en el Perú no es un tema exclusivo de Política Educativa, sino también de Política Macroeconómica. Si queremos lograr un acceso total de nuestros niños, debe potenciarse la relación entre la política social y el gasto público.

Por otro lado, este informe (que no ahonda en el tema de la calidad de la educación) señala que las pruebas internacionales de aprovechamiento escolar (matemáticas y lenguaje) en Chile, Perú, y Brasil no han variado su promedio. Esto es, si nos guiamos por los resultados obtenidos en el “Informe sobre el Progreso Educativo en el Perú 2006” de GRADE y PREAL[2], tenemos que solo una pequeña proporción de los estudiantes peruanos logra alcanzar el nivel de aprendizaje suficiente en matemáticas (15,1%), y comprensión de lectura (9,6%) que corresponden al grado que cursan.
 
La importancia de contar con un sistema educativo que no sea solo equitativo, sino también eficiente radica en que la educación es uno de los principales generadores de desarrollo en un país, lo que tiende a generar empleo, reducir pobreza, y mejorar las condiciones de vida de las personas.

 Últimos avances de las ciencias de la educación


Paradigma conductista sobredimensiona la formación de los estudiantes en base a contenidos, subestimando el desarrollo de capacidades, destrezas, habilida­des intelectuales, valores, actitudes y emociones que se ha demostrado ocupan un lugar vital en el desarrollo holístico de los estudiantes. Los magros resultados en educación de nuestra región nos imponen la revisión y recontextualización de los paradigmas educativos en función a nuevos retos y desafíos en materia educativa. Por ello, es conveniente anotar que el enfoque sociocognitivo, a través de la práctica pedagógica, ha demostrado ser cualitativamente superior al enfoque conductista.
Por tanto, la esencia de la educabilidad, entendida “…como la condición propia de todo ser humano que le permite acceder, de una u otra forma, a la educación, es decir ser educado...”(Castro, 2005), representa la capacidad para adquirir socialmente (de modo intencionado y a través de procesos cognitivos superiores) nuevas ca­pacidades a lo largo de toda la vida. Ello nos plantea la necesidad de reorientar a los maestros en el sentido de que esta educabilidad debe estar centrada en el desarrollo de capacidades, destrezas, habilidades, conocimientos, valores, actitu­des y emociones.
Sociedad del Conocimiento, caracterizada por el avance acelerado de la ciencia y la tecnología, en el que subyace la exigencia de un nuevo modelo educativo que desarrolle capacidades, destrezas, habilidades, conocimientos, valores, actitudes y emociones, fundamentalmente la capacidad innovadora o creativa, entendida como la más alta de la estructura mental. Este nuevo para­digma educativo debe ser sociocognitivo, es decir, entendido como un proceso de desarrollo de la persona en la que intervienen factores sociales (determinados por el colectivo social) y factores internos (determinados por el desarrollo de los procesos mentales), a diferencia de la práctica pedagógica conductista que ha llevado a una formación reduccionista en base a contenidos.
La gran preocupación de los maestros y profesores, en la actualidad, debe ser la de modificar estructuras mentales: que los estudiantes aprendan a aprender, aprendan a pensar, que razonen sobre sus propios pensamientos, que identifiquen los procesos mentales que los llevan a aprender exitosamente. Este modelo debe servir para que el estudiante a través del aprendizaje desarrolle su inteligencia
Los últimos avances de las ciencias de la educación, especialmente, de la Biología Celular, Neurofisiología, Psicología Cognitiva, Neuroimagen..., están revolucionando el concepto de aprendizaje y, consecuentemente, el de evaluación.
Los aportes de la Neurociencia a la educación en esta etapa son enormes. Kandel, Premio Nobel de Medicina del 2000, nos dice:
Quizá la última frontera de la ciencia, su desafío final, sea entender las bases bio­lógicas de la conciencia y de los procesos mentales por los que percibimos, actuamos, aprendemos y recordamos. En las dos últimas décadas se ha puesto de manifiesto una apreciable unidad entre las ciencias biológicas, unidad que ha desembocado en la fusión de la Neurociencia con el resto de la biología celular y molecular. La próxima y quizás más desafiante etapa en esta progresiva unificación es la fusión del estudio de la conducta y la ciencia de la mente con la Neurociencia como ciencia del encéfalo”.
La clave del éxito de una propuesta educativa transformadora, en el marco de un enfoque sociocognitivo, radica en entender el aprendizaje como el proceso de modificación de estructuras mentales o estructuras cognitivas. Entender este nuevo paradigma significa desaprender la práctica conductista que sustenta su modelo en el sobredimensionamiento de los contenidos en la formación de los estudiantes, subestimando el desarrollo de capacidades, destrezas, habilidades, valores, actitudes y emociones. (Luis Damián Casas - Evaluación de Capacidades y Valores en la Sociedad del Conocimiento)

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